rezando en la montaña

domingo, 30 de junio de 2013
sábado, 29 de junio de 2013
El barrilete de Colores
He aquí lo que me contó
un barrilete que fue mi amigo: Soy un barrilete gris, pero no siempre he sido
así. Antes de ser amigo tuyo era de muchos colores. Y no pienses que estoy
triste por ser de color gris. Estoy contento y orgulloso. Verás…
Hace mucho tiempo nací
en una selva llena de árboles de color lila, lianas de color amarillo y
matorrales de color naranja. Yo salí de una calabaza de color carmín. De la
calabacera salió una flor roja y azul. La flor se hizo muy grande Y una vez que
se le hubieron caído los pétalos, se convirtió en una calabacita que tenía
todos los colores del arco iris. Cuando hubo crecido bastante, se abrió
dulcemente y de su interior salí yo, el barrilete de colores.
Jugaba con la hierba,
las flores, los árboles y los animalitos de la selva. Era muy feliz. Un día me
hice amigo del soplo del viento que había entrado en la selva y nos fuimos a
jugar muy cerca de las nubes. Jugando, jugando y con la ayuda del soplo del
viento, subí arriba, más arriba de los árboles más altos y de las nubes.
Subimos muy arriba. Entonces decidimos dar una vuelta por el mundo viajando por
encimas de valles, montañas, mares, ciudades y pueblos. Todo era encantador..
Pero un día llegamos a
una ciudad muy grande que nos dejo perplejos. Era toda ella gris. Las casas
grises se veían tristes, la gente vestida de gris tenía mala cara, los coches
daban miedo, incluso el aire estaba lleno de motas grises. Vi en una ventana un
niño con mirada triste. Quise hacerme su amigo. Por eso solté el cordel, poco a
poco, delante de su ventana. Lo vio, miró hacia arriba y se dio
cuenta de mi presencia. Tomo el cordel y…sonrió con tristeza. En aquel lugar
todo el mundo estaba triste por culpa del color gris.
El viento sopló y sopló
para ahuyentar aquel color tan poco estimulante; pero no pudo. Entonces nos
dimos cuenta de que era la misma ciudad la que fabricaba el color gris por
culpa de unas grandes industrias. En las tiendas, solo se podía comprar el
color gris. Este color no solo estaba en exterior, sino que la gente lo llevaba
en su corazón y no ase podía librar de él.
Con el soplo del viento
nos miramos y enseguida subimos arriba, hasta encontrar una nube llena de
agua que quisiera ayudar. Una nube muy amable me dejo entrar en su interior.
Estuve en remojo un buen rato hasta que mis colores se ablandaron.
Después bajamos a la ciudad y el soplo del viento me hacia volar. Iba dejando
gotas de mis colores por encima de la gente, las casas, las plazas y las
calles. Fui dejando gotitas de mil colores: amarillas, verdes, rojas,
azules, violetas…Las gotitas empapaban a la gente por fuera y por dentro. Los
colores les llegaban hasta el fondo de su ser, y era como una lucecita que les
iluminaba el corazón. La gente descubrió los colores y estaba tan contenta que
fueron a comprarlos a las tiendas y viendo que allí solo había gris, se fueron
a buscar colores por su cuenta.
Unos buscaron el rojo en
el sol, otros el azul en el mar, otros el blanco de la nieve o el verde de la
hierba fresca de los prados. Todos llevaban a la ciudad los colores que habían
encontrado y los dejaban en medio de las plazas y calles para que todo el mundo
los utilizara cuando quisiera. Poco a poco el color gris de la ciudad
desapareció y está, ya coloreada, se convirtió en la más bonita. Había alegría,
la gente sonreía, los coches circulaban, y todo estaba lleno de luz y de
alegría. Ahora las fábricas ya saben hacer colores y las tiendas los venden muy
variados. También existe el gris de un tono perla precioso.
Yo soy amigo de todos
los niños y ellos sostiene mi cordel, me hacen volar y jugar. Me quieren aunque
sea gris, por haber dado mis colores a la gente. Pero soy feliz y hermoso,
porque el gris, acompañado de otros colores, es un color bonito. Si algún día
venís por aquí, ya lo veréis y jugaremos todos juntos.
viernes, 28 de junio de 2013
El Papa: "Para ser un buen sacerdote no cuenta el currículum sino la humildad”
La homilía matutina del Pontífice durante la
Misa en Santa Marta
La única forma de recibir realmente el don de
la salvación de Cristo es reconocerse con sinceridad, débiles y pecadores,
evitando toda forma de auto justificación. Lo afirmó el Papa Francisco durante
la homilía de la Misa de esta mañana, celebrada en la capilla de la Casa de
Santa Marta, según la síntesis que dio a conocer la Radio Vaticana. Este
viernes con el Pontífice concelebraron el prefecto y el secretario de la
Congregación para el Clero, cardenal Mauro Piacenza y el arzobispo Celso Morga
Iruzubieta –acompañados por sacerdotes y personal del dicasterio– además del
cardenal Giuseppe Bertello y el obispo de Humahuaca, Argentina, Pedro Olmedo
Rivero, y mons. Benjamín J. Almoneda, obispo emérito de Daet, Filipinas. Consciente de ser un frágil vaso de barro,
sin embargo custodio de un gran tesoro que le ha sido donado de forma
totalmente gratuita. Éste es el seguidor de Cristo ante su Señor. El Santo
Padre reflexionó sobre la Carta en la que Pablo explica a los cristianos de
Corinto que, para que sea claro que la “extraordinaria potencia” de la fe es
obra de Dios, debe ser derramada sobre hombres pecadores, en “vasos de barro”.
Precisamente de la relación “entre la gracia
y la potencia de Jesucristo” y nosotros pobres pecadores, brota, observó el
Papa, “el diálogo de la salvación”. Y sin embargo, este diálogo debe evitar
todo tipo de “auto justificación”, “debe ser como somos nosotros”: “Pablo, ha
hablado tantas veces – es como un estribillo, ¿no? – de sus pecados. ‘Les digo
esto: yo que he sido un perseguidor de la Iglesia, he perseguido…’ Vuelve
siempre a su memoria de pecado. Se siente pecador. Pero en aquel momento no
dice: ‘Era, pero ahora soy santo’, no. También ahora, una espina de Satanás en
mi carne. Nos hace ver la propia debilidad. El propio pecado. Es un pecador que
acoge a Jesucristo. Dialoga con Jesucristo”.
La clave, indicó el Papa, es la humildad. El
mismo Pablo lo demuestra. Él reconoce públicamente, dijo Francisco, “su
currículo de servicio”, o sea todo aquello que ha cumplido como Apóstol enviado
por Jesús. Pero no por esto se esconde o esconde aquello que el Pontífice
define “su prontuario”, o sea sus pecados: “También, éste es el modelo de la
humildad de nosotros curas, de nosotros sacerdotes. Si sólo nos gloriamos de
nuestro currículo y nada más, terminaremos equivocados. No podemos anunciar a
Jesucristo Salvador porque en el fondo no lo sentimos. Debemos ser humildes,
pero con una humildad real, con nombre y apellido: ‘Soy pecador por esto, por
esto, por esto’. Como dice Pablo: ‘He perseguido a la iglesia”, como hace él,
pecadores concretos. No pecadores con esa humildad que más parece cara de
estampita, ¿no? No, la humildad fuerte”.
“La humildad del sacerdote, la humildad del
cristiano es concreta”, afirmó el Obispo de Roma, para quien, si un cristiano
no puede “hacerse esta confesión a sí mismo y tampoco a la Iglesia, algo no
funciona”. Y la primera cosa que no funciona es el no poder “entender la
belleza de la salvación que nos trae Jesús”: “Hermanos, nosotros tenemos un
tesoro: éste de Jesucristo Salvador. La Cruz de Jesucristo, este tesoro del que
nos jactamos. Pero lo tenemos en un vaso de barro. Jactémonos también de
nuestro prontuario, de nuestros pecados. De esta forma el diálogo es cristiano
y católico: concreto, porque la salvación de Jesucristo es concreta. Jesucristo
no nos ha salvado con una idea, con un programa intelectual. No. Nos ha salvado
con la carne, con lo concreto de la carne. Se ha abajado, hecho hombre, hecho
carne hasta el final. Pero solamente, sólo se puede entender sólo se puede
recibir, en vasos de barro”.
También la Samaritana que encuentra a Jesús y
luego de haberle hablado cuenta a sus conterráneos primero su pecado y luego de
haber encontrado el Señor se comporta de forma similar a Pablo. “Yo creo
–observó el Papa Francisco– que esta mujer está en el cielo, seguro” porque,
como dice el poeta y escritor italiano Manzoni, "jamás vi que el Señor
haya iniciado un milagro sin terminarlo bien’ y este milagro que Él inició
seguramente lo terminó bien en el Cielo”. A Ella, concluyó el Papa, pidamos
“que nos ayude a ser vasos de barro para poder llevar y entender el misterio
glorioso de Jesucristo”.
jueves, 27 de junio de 2013
...
“La persona feliz
jamás se afana por poseer mucho,
disfruta plenamente de lo que tiene, en
calidad no en
cantidad.”
Bernabé Tierno
miércoles, 26 de junio de 2013
martes, 25 de junio de 2013
Catequesis del Papa: "La unidad es superior a los conflictos”
Miercoles
19 Jun 2013 | 09:53 am
Ciudad
del Vaticano (AICA):
El papa Francisco dedicó la catequesis de la
audiencia general de los miércoles a la expresión ¨del cuerpo¨ con la que el
Concilio Vaticano II indica la naturaleza de la Iglesia: la Iglesia es cuerpo
de Cristo. Una ya habitual plaza de San Pedro repleta de fieles escuchó
atentamente la catequesis del Pontífice que recordó que “como el cuerpo no
puede sobrevivir separado de la cabeza, tampoco la Iglesia separada de Cristo.
Debe permanecer unida a Él, permitiéndole que actúe en ella, que su palabra la
guíe, que su presencia eucarística la nutra y anime, que su amor la fortalezca
para ir en ayuda del necesitado”.
El
papa Francisco dedicó la catequesis de la audiencia general de los miércoles a
la expresión "del cuerpo" con la que el Concilio Vaticano II indica
la naturaleza de la Iglesia: la Iglesia es cuerpo de Cristo. Una ya habitual
plaza de San Pedro repleta de fieles escuchó atentamente la catequesis del
Pontífice que recordó que “como el cuerpo no puede sobrevivir separado de la
cabeza, tampoco la Iglesia separada de Cristo. Debe permanecer unida a Él,
permitiéndole que actúe en ella, que su palabra la guíe, que su presencia
eucarística la nutra y anime, que su amor la fortalezca para ir en ayuda del
necesitado”.
El Santo Padre recordó el texto de la conversión de Saulo, que más tarde se llamará Pablo, para explicar cómo el apóstol con esta experiencia nos enseña la profundidad de la unión entre nosotros, cristianos, y Cristo.
"La imagen del cuerpo nos ayuda a entender esta profunda relación Iglesia-Cristo, que san Pablo desarrolló de manera particular -dijo-. La Iglesia es un cuerpo viviente y este cuerpo tiene una cabeza, Jesús, que lo guía, lo nutre y lo apoya pero como sucede en un cuerpo, es importante que pase la savia vital para que viva, así que debemos permitir que Jesús trabaje en nosotros, que su palabra nos guíe, que su presencia eucarística nos nutra, nos ame, que su amor fortalezca nuestro amar al próximo".
"En la Iglesia -continúo el pontífice- hay una variedad, una diversidad de tareas y de funciones; no hay una uniformidad plana, por la riqueza de los dones que distribuye el Espíritu Santo. Pero hay comunión y unidad: todos están en relación los unos con los otros y todos necesitan formar un único cuerpo vital, profundamente unido a Cristo. Recordémoslo bien: ser parte de la Iglesia quiere decir estar unidos a Cristo y recibir de Él la vida divina que nos hace vivir como cristianos, quiere decir estar unidos al Papa y a los obispos que son instrumentos de unidad y de comunión, y quiere decir también aprender a superar personalismos y divisiones, comprenderse más, armonizar las variedades y las riquezas de cada uno; en una palabra: querer más a Dios y a las personas que están a nuestro lado, en familia, en parroquia, en las asociaciones. ¡Cuerpo y extremidades para vivir deben estar unidos!”.
El Santo Padre con palabras improvisadas exclamó: "La unidad es superior a los conflictos, ¡siempre! Los conflictos si no se disuelven bien, nos separan entre nosotros, nos separan de Dios. El conflicto nos puede ayudar a crecer, pero también puede dividirnos. No vayamos por el camino de las divisiones, de las luchas entre nosotros. Todos unidos con nuestras diferencias, pero unidos siempre: éste es el camino de Jesús".
“¡Cuánto daño causan a la Iglesia las divisiones entre cristianos, el estar separados, los intereses mezquinos!. Las divisiones entre nosotros y las divisiones entre las comunidades: cristianos evangélicos, cristianos ortodoxos, cristianos católicos, ¿por qué divididos? Debemos tratar de lograr la unidad tenemos que rezar entre nosotros católicos y con los otros cristianos, rezar para que el Señor nos conceda la unidad, la unidad entre nosotros. ¿Pero cómo vamos a tener la unidad entre los cristianos, si no somos capaces de tenerla entre nosotros los católicos? ¿De tenerla en la familia? ¿Cuántas familias luchan y se dividen? Busquen la unidad, la unidad que hace la Iglesia. La unidad viene de Jesucristo. Él nos envía al Espíritu Santo para crear unidad”
El Santo Padre recordó el texto de la conversión de Saulo, que más tarde se llamará Pablo, para explicar cómo el apóstol con esta experiencia nos enseña la profundidad de la unión entre nosotros, cristianos, y Cristo.
"La imagen del cuerpo nos ayuda a entender esta profunda relación Iglesia-Cristo, que san Pablo desarrolló de manera particular -dijo-. La Iglesia es un cuerpo viviente y este cuerpo tiene una cabeza, Jesús, que lo guía, lo nutre y lo apoya pero como sucede en un cuerpo, es importante que pase la savia vital para que viva, así que debemos permitir que Jesús trabaje en nosotros, que su palabra nos guíe, que su presencia eucarística nos nutra, nos ame, que su amor fortalezca nuestro amar al próximo".
"En la Iglesia -continúo el pontífice- hay una variedad, una diversidad de tareas y de funciones; no hay una uniformidad plana, por la riqueza de los dones que distribuye el Espíritu Santo. Pero hay comunión y unidad: todos están en relación los unos con los otros y todos necesitan formar un único cuerpo vital, profundamente unido a Cristo. Recordémoslo bien: ser parte de la Iglesia quiere decir estar unidos a Cristo y recibir de Él la vida divina que nos hace vivir como cristianos, quiere decir estar unidos al Papa y a los obispos que son instrumentos de unidad y de comunión, y quiere decir también aprender a superar personalismos y divisiones, comprenderse más, armonizar las variedades y las riquezas de cada uno; en una palabra: querer más a Dios y a las personas que están a nuestro lado, en familia, en parroquia, en las asociaciones. ¡Cuerpo y extremidades para vivir deben estar unidos!”.
El Santo Padre con palabras improvisadas exclamó: "La unidad es superior a los conflictos, ¡siempre! Los conflictos si no se disuelven bien, nos separan entre nosotros, nos separan de Dios. El conflicto nos puede ayudar a crecer, pero también puede dividirnos. No vayamos por el camino de las divisiones, de las luchas entre nosotros. Todos unidos con nuestras diferencias, pero unidos siempre: éste es el camino de Jesús".
“¡Cuánto daño causan a la Iglesia las divisiones entre cristianos, el estar separados, los intereses mezquinos!. Las divisiones entre nosotros y las divisiones entre las comunidades: cristianos evangélicos, cristianos ortodoxos, cristianos católicos, ¿por qué divididos? Debemos tratar de lograr la unidad tenemos que rezar entre nosotros católicos y con los otros cristianos, rezar para que el Señor nos conceda la unidad, la unidad entre nosotros. ¿Pero cómo vamos a tener la unidad entre los cristianos, si no somos capaces de tenerla entre nosotros los católicos? ¿De tenerla en la familia? ¿Cuántas familias luchan y se dividen? Busquen la unidad, la unidad que hace la Iglesia. La unidad viene de Jesucristo. Él nos envía al Espíritu Santo para crear unidad”
lunes, 24 de junio de 2013
comentando el evangelio
Y PARA TI, ¿QUIEN SOY YO?
Jesús cuestiona a sus discípulos sobre su fe en Él, y les pide una respuesta personal. Y esto lo sigue esperando.
Lamentablemente para muchos cristianos Jesús prácticamente no es nadie… o cuando menos ellos así se comportan, como si Jesús no existiera. En el teatro y las películas lo tomamos como un superestrella, y muchos lo comparan con un personaje como Pancho Villa, Zapata o el Ché Guevara.
Pero él sigue esperando que tu digas lo que es para ti, personalmente: ¿un simple conocido? ¿alguien quien te hablaron en tu infancia, y del que no has vuelto a saber gran cosa? ¿Una mera costumbre dominical? ¿Una sucursal de la bolsa de trabajo, o del seguro social, cuando tenemos problemas? Él qué más quisiera que lo tomaras como tu amigo, el mejor de los amigos. Como alguien a quien vale la pena seguir, y comprometerse a fondo.
Cuando el papa Juan Pablo II llegó al pontificado, de lo primero que dijo fue: “No tengan miedo de abrir las puertas a Jesucristo. Vale la pena comprometerse con Él, vale la pena seguirlo por el camino de esta vida.” Y como todo lo que vale… cuesta.
Cuesta seguir a Jesús como él nos lo pide: “ El que quiera venir conmigo, que renuncie a sí mismo, que tome su cruz y que me siga” Y cuesta, precisamente porque vale. ¿De que nos serviría ganar el mundo entero, si cuando llegue la muerte a nuestra vida vamos a quedar vacíos de toda obra buena, con las que se puede obtener la vida eterna? Ante ese juicio eterno que nos aguarda, ya no hay negociación posible… no podemos ya dar nada a cambio de nuestra vida.
Qué bueno que como Jeremías nos dejáramos seducir por el infinito amor de Dios, y que como nos pide San Pablo, nos ofreciéramos como una hostia viva y agradable a Dios, distinguiendo claramente lo que es la voluntad de Dios.
Que cuando venga el hijo del hombre, rodeado de la gloria de su Padre y en compañía de sus ángeles, podamos recibir como premio a nuestras obras la vida eterna.
Vale la pena tomar la cruz, y seguir a Jesucristo.
Jesús cuestiona a sus discípulos sobre su fe en Él, y les pide una respuesta personal. Y esto lo sigue esperando.
Lamentablemente para muchos cristianos Jesús prácticamente no es nadie… o cuando menos ellos así se comportan, como si Jesús no existiera. En el teatro y las películas lo tomamos como un superestrella, y muchos lo comparan con un personaje como Pancho Villa, Zapata o el Ché Guevara.
Pero él sigue esperando que tu digas lo que es para ti, personalmente: ¿un simple conocido? ¿alguien quien te hablaron en tu infancia, y del que no has vuelto a saber gran cosa? ¿Una mera costumbre dominical? ¿Una sucursal de la bolsa de trabajo, o del seguro social, cuando tenemos problemas? Él qué más quisiera que lo tomaras como tu amigo, el mejor de los amigos. Como alguien a quien vale la pena seguir, y comprometerse a fondo.
Cuando el papa Juan Pablo II llegó al pontificado, de lo primero que dijo fue: “No tengan miedo de abrir las puertas a Jesucristo. Vale la pena comprometerse con Él, vale la pena seguirlo por el camino de esta vida.” Y como todo lo que vale… cuesta.
Cuesta seguir a Jesús como él nos lo pide: “ El que quiera venir conmigo, que renuncie a sí mismo, que tome su cruz y que me siga” Y cuesta, precisamente porque vale. ¿De que nos serviría ganar el mundo entero, si cuando llegue la muerte a nuestra vida vamos a quedar vacíos de toda obra buena, con las que se puede obtener la vida eterna? Ante ese juicio eterno que nos aguarda, ya no hay negociación posible… no podemos ya dar nada a cambio de nuestra vida.
Qué bueno que como Jeremías nos dejáramos seducir por el infinito amor de Dios, y que como nos pide San Pablo, nos ofreciéramos como una hostia viva y agradable a Dios, distinguiendo claramente lo que es la voluntad de Dios.
Que cuando venga el hijo del hombre, rodeado de la gloria de su Padre y en compañía de sus ángeles, podamos recibir como premio a nuestras obras la vida eterna.
Vale la pena tomar la cruz, y seguir a Jesucristo.
viernes, 21 de junio de 2013
La virtud de la Prudencia
La prudencia es una de esas virtudes de las
que apenas se habla y que, sin embargo, resulta ser una clave en el
dificilísimo arte de ordenarnos rectamente en nuestra relación con el prójimo.
No nacemos prudentes, pero debemos hacernos prudentes por el ejercicio de la
virtud. Y no es tarea fácil.
El pensamiento puede descarriarse como se
descarría la voluntad, porque está expuesto a las mismas pasiones y a los
mismos condicionamientos. Pensar y bien exige una gran atención, no sólo sobre
las cosas, sino principalmente sobre nosotros mismos.
Hay que saber estar atentos sobre las
razones, pero mucho más sobre nuestras pasiones que son las que nos impulsan al
error. Porque los hombres solemos errar por precipitación en nuestros juicios,
afirmando cosas que la razón no ve claras, pero que estamos impulsados a
afirmar como desahogo de nuestras pasiones. Quien no sabe controlar sus
pasiones, tampoco sabrá controlar sus razones y se hace responsable moral de
sus yerros.
La razón es la que ha de regir nuestra
conducta en la verdad y por eso la prudencia es la primera de las virtudes
cardinales. Pero la verdad requiere tener sosegada el alma para conseguir tener
sosegada la mente con objetivas razones.
jueves, 20 de junio de 2013
miércoles, 19 de junio de 2013
Santo Subito!!

El Vaticano reconoce el segundo milagro de Juan Pablo II para su canonización
La comisión teológica de la Congregación para la Causa de los Santos ha aprobado el segundo milagro que se produjo por intercesión del papa Juan Pablo II, después de ser beatificado, según informan hoy fuentes vaticanas.
Este reconocimiento abre paso a la
canonización del Papa polaco, pero debe ser aprobado por la comisión
de cardenales y recibir el visto bueno definitivo del papa Francisco.
Juan Pablo II podría ser proclamado santo
el próximo domingo 20 de octubre, fecha que ya se barajaba por su cercanía al
35 aniversario de su pontificado, entre el 16 de octubre de 1988 en que fue
elegido papa y el 22 en que presidió la misa de entronización.
Sobre la naturaleza de este segundo
milagro, el Vaticano mantiene un mutismo absoluto.
El 1 de mayo de 2011 Benedicto XVI proclamó
beato a su antecesor, Juan Pablo II (1920-2005), después de que se le
atribuyera el milagro de sor Marie Simon Pierre, quien se curó de manera
inexplicable para la ciencia de la enfermedad de Parkinson que padecía
lunes, 17 de junio de 2013
domingo, 16 de junio de 2013
sábado, 15 de junio de 2013
Video Despedida de Fátima de Caraza
Hasta Luego Ntra Sra de Fátima de Caraza....
Hoy les digo hasta luego, les doy las gracias por abrir sus generosos corazones, no olvidere sus rostro. Pero hoy los caminos de Dios disponen que me encuentre sirviendolo en otro lugar, les pido sigan rezando por mi, en algun momento, nuestra Madre Maria, volvera a cruzarnos y seguir diciendo Ave Maria y Vamos!!!
...frases...
"Para mí, la oración es el impulso del corazón,
una simple mirada dirigida al cielo"
Santa Teresita.
viernes, 14 de junio de 2013
Una sordociega total ha logrado una carrera universitaria
El mundo en las manos.
“¿Cómo son?”, es lo primero que pregunta Gennet Corcuera a Almudena Espinosa. “Él no tiene pelo y lleva perilla, ella lo tiene largo y pelirrojo”, le contesta. “Entonces a él le llamaremos ‘calvo”, pasa la mano por encima de la cabeza. “Y a ella ‘roja”, toca sus labios repetidas veces con su índice. Toda la conversación se produce en una combinación de lenguaje dactilológico —abecedario en la palma de la mano— y el de signos de sordos. Almudena traduce el diálogo. Ella es su mediadora. En la práctica, es la voz, los ojos y los oídos de Gennet, que no ve ni oye.
Así, mano sobre mano para entenderse
—Gennet necesita sentir qué movimientos, que son palabras, hace su
interlocutor—, han ido juntas los últimos seis años a clase. Almudena le ha
traducido las explicaciones de los profesores. Gracias a eso, y muchas horas de
estudio —“dos o tres todas las tardes”, dice—, Gennet, de 31 años, es la
primera titulada universitaria sordociega de España, según la Organización
Nacional de Ciegos (ONCE). A mediados de junio recibió su diploma en Educación
Especial por la universidad privada Don Bosco (adscrita a la Complutense).
Ambas le quitan importancia al logro.
“El mérito es todo suyo, yo soy solo una
herramienta”, dice la mediadora. “No soy la primera, otros tienen carreras,
pero no eran de mi tipología: sordociegos totales congénitos”, puntualiza.
Al final, reconoce su esfuerzo: “Ha sido un
éxito”. La principal dificultad ha sido el tiempo. “He tenido mucha paciencia.
Debía estar al nivel de mis compañeros, pero mi ritmo es más lento. Aun así no
he abandonado”. Gennet se ha matriculado cada año de la mitad de asignaturas de
cada curso. “Para asegurarme que podía aprobarlas”, explica. Por eso ha
empleado seis años en terminar unos estudios de tres. Eso no importa, ha
cumplido su objetivo: “Ampliar el currículo para poder conseguir un trabajo”.
Gennet tiene además otras cualidades.
Aunque no habla —porque no oye ni puede aprender visualmente a hacerlo— Gennet
maneja varios idiomas: el de signos apoyado para conversar, el Braille para
leer y el alfabeto normal para escribir en el teclado de su ordenador.
Sobre sus hombros su mochila siempre va
llena con todos los aparatos que necesita para comunicarse: un portátil, un
móvil, una línea Braille que le lee todo lo que aparece en la pantalla de ambos
aparatos y una tablilla con el alfabeto en relieve por si necesita decir algo y
no va acompañada de un mediador. Busca las letras con los dedos y señala
“h-o-l-a” para enseñar cómo funciona. A su izquierda normalmente está Almudena.
Todo lo que sabe lo ha aprendido desde los
siete años, cuando sus padres adoptivos la trajeron a España. Hasta entonces
vivía en un orfanato en Etiopía, donde fue abandonada con dos años.
“Desaparecieron”, se refiere así al asunto. La bibliotecaria de la escuela de
la ONCE, donde le enseñaron a comunicarse y cursó los años de colegio, recuerda
los primeros días de Gennet allí, cuando la pequeña solo emitía sonidos con la
garganta. Poco a poco aprendió las palabras relacionándolas con los objetos que
tocaba. Pero, ¿cómo comprendió conceptos abstractos como la alegría o la
tristeza? “No lo sé. Recuerdo que cuando me daban un juguete que me gustaba el
profesor me asociaba esa sensación con la alegría”, cuenta.
Tampoco hay un objeto palpable para
entender qué es un amanecer. “Siento cuando hay luz y sé que es de día, no sé
cómo explicarlo”, dice. Aun así, duerme con un despertador que vibra bajo la
almohada, cuyo movimiento le indica que es hora de levantarse. A partir de ese
momento desayuna en el comedor de la residencia en la que vive en el centro de
Madrid, después se ducha y viste para bajar a la calle, donde la espera
Almudena para acompañarla donde sea. Durante el curso han ido a la universidad,
ahora en verano van a clases de informática.
Cuando regresa estudia, lava y plancha su
ropa… Todo eso, lo hace sola. Lo que requiere mucho orden, memoria y
puntualidad. Pero ahora, acabada la carrera, quiere más independencia.
“Sé que con la crisis es difícil encontrar
trabajo, y creo que por mi discapacidad voy a tener más dificultades. Las
personas normales pueden buscar más diversidad de empleos”, dice. A ella le
gustaría trabajar con niños especiales. “No sé si lo voy a conseguir. Primero
tendré que pasar entrevistas en empresas”, continúa. Cuando lo consiga, planea
ahorrar y comprarse una vivienda. “Me gustaría probar a vivir sola, sola, sola.
No quiero tener que depender siempre de una persona”, confiesa. Para eso dice
que debe “asumir el control de una casa”. Como primer paso está aprendiendo a
cocinar. “Me gusta mucho el pollo con ajo y cebolla”, revela. Pero el plato del
que más alardea es el bizcocho que hizo hace poco. “Estaba muy rico. Cuando
tengas casa me tienes que invitar a comer”, le pide Almudena.
Gennet desea “más libertad”. Agradece toda
la ayuda con la que cuenta: sus padres le pagan la residencia, la ONCE la
mediadora y la formación en nuevas tecnologías adaptadas a su discapacidad.
“Tengo necesidades específicas y necesito más recursos”, reconoce. Pero el
apoyo recibido, aunque imprescindible y de agradecer, tiene otra lectura, según
ella: “A veces se me ha querido proteger demasiado, me hubiera gustado hacer
más cosas”. “¿No has hecho lo que has querido?”, le interrumpe Almudena. Gennet
se rinde y admite que sí. Sale con amigos, ha estudiado lo que ha elegido,
viaja… “Pero quería más”, apostilla.
Ha estado en Alemania, Portugal, Francia,
Italia, Miami, Venezuela y ha vuelto dos veces a Etiopía, su país natal. “Me
gusta ver culturas nuevas”, aclara. Viaja con amigos o la familia, quienes le
describen cómo son las ciudades. Su país preferido: “Alemania. Es más limpio y
las calles espaciosas”.
Su mayor ventana al mundo, sin embargo, es
Internet. “Me interesa estar conectada”. En la Red chatea, envía y recibe
correos y lee.
“Sé que España juega la final de la
Eurocopa”, pone de ejemplo. “Y la ola de calor que estamos sufriendo me tiene
muy preocupada”, añade. También ve películas. “La mediadora me describe las
escenas y me reproduce los diálogos”, explica. Así vio El milagro de Ana
Sullivan, que trata sobre la vida de la maestra de Hellen Keller, una activista
sordociega nacida en 1880 en Alabama. Un referente para Gennet. “He leído mucho
sobre ella”.
Pero no todo es estudiar y leer en la vida
de Gennet. Le gusta mucho salir de compras. “Es muy coqueta. Le gustan las
camisetas cachondas”, desvela Almudena, que le traduce a la aludida lo que está
diciendo de ella. La joven ríe sonoramente al percatarse de que su aspecto
físico es centro de la conversación. Le gustan las faldas e ir conjuntada. No
tiene el concepto del color, pero sabe cuáles pegan. “Me lo dicen”, apunta. Por
la forma y textura de las prendas —“están perfectamente ordenadas en mi
armario”— recuerda de qué color son y las combina adecuadamente. “Hoy llevo una
falda negra con flores y una camiseta blanca”, demuestra.
Otros ven las ciudades por ella, le indican
con qué ropa está guapa, le reproducen los diálogos de las películas… la
confianza en los demás es fundamental.
“También me he encontrado con gente mala
que no ha querido contactar conmigo, pero hay que respetarlas”. Gennet no le da
importancia. “Soy cariñosa y tranquila. Mi relación normalmente es buena con
todos. Aunque también me enfado”.
De vuelta a su residencia en taxi, se
preocupa por cómo ha hecho la entrevista. “Muy bien”, responde Almudena. El
conductor que ve la conversación pregunta: “¿Qué le pasa?”. Un segundo
acompañante de Gennet, en el asiento del copiloto, responde: “Es sorda y ciega,
¿se lo puede usted imaginar? Pues se ha sacado una carrera”.
Alejandra Agudo
jueves, 13 de junio de 2013
miércoles, 12 de junio de 2013
martes, 11 de junio de 2013
lunes, 10 de junio de 2013
domingo, 9 de junio de 2013
EL NÁUFRAGO
El
único sobreviviente de un naufragio llegó a la playa de una diminuta y
deshabitada isla. El oró fervientemente a Dios pidiéndole ser rescatado, y cada
día escudriñaba el horizonte buscando ayuda, pero no parecía llegar.
Un día, tras merodear por la isla en busca
de alimento, regresó a casa para encontrar su cabañita envuelta en llamas, con
el humo ascendiendo hasta el cielo. Lo peor había ocurrido... lo había perdido
todo. Quedó anonadado con tristeza y rabia. "Dios: cómo me pudiste hacer
esto a mi!" se lamentó. Temprano al día siguiente, sin embargo, fue
despertado por el sonido de un barco que se acercaba a la isla. Había venido a
rescatarlo.
Cansado, finalmente optó por construirse
una cabaña de madera para
protegerse de los elementos y almacenar sus
pocas pertenencias.

¿Cómo supieron que estaba aquí?, preguntó
el cansado hombre a sus salvadores.
"Vimos su señal de humo",
contestaron ellos.
Es fácil descorazonarse cuando las cosas
marchan mal. Pero no debemos desanimarnos, porque Dios trabaja en nuestras
vidas, aún en medio del dolor, la incertidumbre y el sufrimiento.
¡Ten fe! Dios está contigo y te ayudará a
salir adelante.
sábado, 8 de junio de 2013
viernes, 7 de junio de 2013
LE PEDI A DIOS...
Le pedí a Dios que me quitara mis malos
hábitos
Dios dijo: No.
Esto no es responsabilidad mía, sino tuya;
para que tú mismo lo hagas y aprendas la diferencia.
Le pedí a Dios que sanara mi hijo que está
paralítico.
Dios dijo: No.
Su espíritu es sano, su cuerpo es solo temporal.
Le pedí a Dios que me concediera paciencia.
Dios dijo: No.
No se concede, sino que se aprende.
Le dije a Dios que me diera felicidad.
Dios dijo: No.
Te doy bendiciones, la felicidad depende de ti.
Le pedí a Dios que me quitara el dolor.
Dios dijo: No.
El sufrimiento te aleja de los placeres mundanos
y te trae más cerca de mí.
Le pedí a Dios un crecimiento espiritual.
Dios dijo: No.
Tú debes buscar tu propio crecimiento.
Pero yo te podaré como un árbol, para que seas fructífero.
Le pedí a Dios por muchas cosas, para gozar
la vida.
Dios dijo: No.
Yo te daré vida, para que tú disfrutes de todas las cosas.
Le pedí a Dios que me ayudara a AMAR a
otros,
tanto como Él me ama a mí.
Dios dijo: Ahhhh.... Finalmente ya
entendiste lo que quiero.
Si tú amas a Dios... No le pidas tantas
cosas, solo demuéstralo!
autor desconocido
jueves, 6 de junio de 2013
María, Modelo de todo catequista
La imagen de María que presenta el
evangelio es la de una mujer que con una coherencia extraordinaria siguió
siempre a su Hijo, consciente de que Él traía la Palabra de Dios y de que su
misión en la tierra era anunciarla. Fue la primera creyente y la primera
propagadora de esa Palabra. Fue la perfecta catequista.
El acontecimiento de Aparecida quiere
renovar en nosotros nuestra vocación de ser discípulos misioneros de Jesucristo
para que nuestros pueblos tengan vida en Él. Ahora es bueno que nos preguntemos
en qué consiste ser discípulo.
Ahora dirigiremos nuestra mirada a la Virgen. La palabra de Dios, la muestra en las actitudes propias del discípulo: escucha, medita, comparte la vida, sigue al Maestro. La vida de María tiene sentido en la medida que es seguimiento de su Hijo: lo recibió en su corazón por la fe cuando el Ángel le transmitió la Buena Noticia, lo concibió en su vientre purísimo por obra del Espíritu Santo y lo dio a luz en el pesebre de Belén. La vida de Jesús transcurrió hasta el día de su bautismo en su casa de Nazareth; alli aquel niño fue creciendo bajo la mirada de su madre y la tutela de San José. En el episodio de la pérdida del niño en el templo muestra María su aflicción: “te estabamos buscando angustiados”, le dice al Niño que está entre los doctores de la ley. Es mujer sencilla, de pocas palabras y firmes convicciones.
Ahora dirigiremos nuestra mirada a la Virgen. La palabra de Dios, la muestra en las actitudes propias del discípulo: escucha, medita, comparte la vida, sigue al Maestro. La vida de María tiene sentido en la medida que es seguimiento de su Hijo: lo recibió en su corazón por la fe cuando el Ángel le transmitió la Buena Noticia, lo concibió en su vientre purísimo por obra del Espíritu Santo y lo dio a luz en el pesebre de Belén. La vida de Jesús transcurrió hasta el día de su bautismo en su casa de Nazareth; alli aquel niño fue creciendo bajo la mirada de su madre y la tutela de San José. En el episodio de la pérdida del niño en el templo muestra María su aflicción: “te estabamos buscando angustiados”, le dice al Niño que está entre los doctores de la ley. Es mujer sencilla, de pocas palabras y firmes convicciones.
Cuando Jesús deja su casa, María lo sigue.
El evangelio de San Lucas muestra como la Madre está a dos pasos de su Hijo.
Esa cercanía de la Virgen es mucho más que cercanía física. El discípulo no
sólo está llamado a vivir “con” el maestro sino se trata de “tener los
mismos sentimientos de Cristo”(FLP 2,5). María es de la escuela de Jesús: no de
los prepotentes y autosuficientes. Es modelo de los humildes servidores amados
por Dios. Esta cercanía del cuerpo y del corazón la llevará a la cruz: estará
allí de pie con el alma atravesada por el dolor confiado. Allí recibió el
encargo de Jesús de cuidar de todos los discípulos representados en la figura
del Apóstol Juan: “He ahí a tu hijo”.
María es madre misionera, también ella recibió
la noticia de que había que quedarse en Jerusalén hasta que viniera la “fuerza
de lo alto” y por eso los Hechos de los Apóstoles la muestran perseverando en
la oración con los apóstoles y los otros discípulos.
Allí está la Iglesia, la comunidad de los
que creen que Jesús es el Hijo de Dios que murió y resucitó por nosotros y por
nuestra salvación. Allí está María. Desde el día de Pentecostés en adelante el
evangelio no descansará. Los apóstoles comprendieron que la Buena Noticia no
era para unos pocos.
Los cristianos hemos recibido la buena
noticia del triunfo de la vida sobre la muerte y que esa vida es vida plena,
abundante.
María nos invita, todos los días, a
anunciar a Jesucristo, a afrontar las dificultades con una fe firme y audaz
cuando más a prueba nos encontramos. Nos invita a seguir a Cristo,a vivir con
él, en una intimidad que anuncia la del más allá. La adhesión más completa a
Cristo implica la esperanza más fuerte que empieza a realizarse en este mundo y
se completará en el otro, en la eternidad.
Ella, que ha cooperado al nacimiento de la Iglesia, coopera también al nacimiento de cada comunidad en la Iglesia y luego sigue promoviendo su crecimiento. Merece que se la reconozca en esta función discreta pero importante de dar a conocer la Verdad. Por eso pide su intercesión en cada uno de los encuentros con tus catequizandos para que la Verdad del Evangelio sea cada vez más conocida y amada.
Ahora te invito a meditar con la
Palabra de Dios mirando a María
María Discípula: Lc 2, 51-52; Lc. 8, 19-21,
Jn 19, 25-27
María Misionera: Lc. 1, 39-45;
Documento de Aparecida 266-272.
¿Qué aspecto de la vida de la Virgen más me
impacta como discípula de Jesús?
miércoles, 5 de junio de 2013
martes, 4 de junio de 2013
Para rezar
Me sedujiste, oh Jehová, y fui seducido;
más fuerte fuiste que yo, y me venciste;
cada día he sido escarnecido, cada cual se burla de mí.
Porque cuantas veces hablo, doy voces y grito:
Violencia y destrucción;
porque la palabra de Jehová me ha sido
para afrenta y escarnio cada día.
Y dije: No me acordaré más de él,
ni hablaré más en su nombre;
no obstante, había en mi corazón
como un fuego ardiente metido en mis huesos;
traté de sufrirlo, y no pude.
(Jeremías 20;)
lunes, 3 de junio de 2013
sábado, 1 de junio de 2013
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