Me sedujiste, oh Jehová, y fui seducido;
más fuerte fuiste que yo, y me venciste;
cada día he sido escarnecido, cada cual se burla de mí.
Porque cuantas veces hablo, doy voces y grito:
Violencia y destrucción;
porque la palabra de Jehová me ha sido
para afrenta y escarnio cada día.
Y dije: No me acordaré más de él,
ni hablaré más en su nombre;
no obstante, había en mi corazón
como un fuego ardiente metido en mis huesos;
traté de sufrirlo, y no pude.
(Jeremías 20;)
Lindo!!!
ResponderEliminar