Fechada el 29 de junio de 2013,
solemnidad de los santos apóstoles Pedro y Pablo, el Papa Francisco ha dirigido
a los obispos, presbíteros, diáconos, personas consagradas y fieles laicos la
primera encíclica de su Pontificado, titulada “Lumen Fidei” (La Luz de la Fe),
en el marco del Año de la Fe, convocado por su predecesor en ocasión del 50
aniversario del Concilio Vaticano II y de los 20 años del Catecismo de la
Iglesia Católica.
El Papa Francisco comenta que estas
consideraciones sobre la fe habían sido prácticamente completadas por el Papa
Benedicto XVI. “Se lo agradezco de corazón –dice– y, en la fraternidad de
Cristo, asumo su precioso trabajo, añadiendo al texto algunas aportaciones. El
Sucesor de Pedro, ayer, hoy y siempre, está llamado a «confirmar a sus
hermanos» en el inconmensurable tesoro de la fe, que Dios da como luz sobre el
camino de todo hombre” (n. 7).
Tras afirmar que quien cree ve
con una luz que ilumina todo el trayecto del camino (n. 1), el Santo Padre
comenta que muchos contemporáneos nuestros piensan que la fe es ilusoria;
que creer es lo contrario de buscar, como decía Nietzsche. Para ellos, la fe es
un espejismo que nos impide avanzar con libertad hacia el futuro (n. 2). Sin
embargo, poco a poco se ha visto que la luz de la sola razón no logra iluminar
suficientemente; que al renunciar a la búsqueda de una luz grande, de una
verdad grande, el hombre se ha contentado con pequeñas luces que alumbran el
instante fugaz, incapaces de abrir el camino. “Cuando falta la luz, todo se
vuelve confuso, es imposible distinguir el bien del mal, la senda que lleva a
la meta de aquella otra que nos hace dar vueltas y vueltas, sin una
dirección fija” (n. 3).
Ante esto, el Papa señala que es
urgente recuperar el carácter luminoso de la fe, capaz de iluminar toda la
existencia del hombre. “La fe nace del encuentro con el Dios vivo, que nos
llama y nos revela su amor, un amor que nos precede y en el que nos
podemos apoyar para estar seguros y construir la vida. Transformados
por este amor… experimentamos que en él hay una gran promesa de plenitud… La
fe, que recibimos de Dios como don sobrenatural, se presenta como luz en el
sendero, que orienta nuestro camino en el tiempo… que nos desvela vastos
horizontes, y nos lleva más allá de nuestro «yo» aislado, hacia
la más amplia comunión” (n. 4).
CONTINUARA.....
"Año de la Fe"; "Mes de la Biblia" - Las Parroquias deberian organizar con gente idonea un seminario de un día. Con material interesante que nos retrotraiga a la epoca de Jesus.
ResponderEliminarDeberia darsele mayo importancia al periodo que estamos viviendo.
"Mes de la Biblia""""